lunes, 4 de noviembre de 2013

Mañanas de radio



Si alguno de vosotros se traslada por carretera con frecuencia, sabrá que una de las claves que distingue si el viaje será tolerable o una absoluta tortura es la compañía. Pero no me refiero a la persona que se sienta a tu lado, también es importante la música que elegimos o la emisora que sintonizamos.


Escuchar música es muy agradable (qué os voy a decir yo, jeje, si vivo obsesionada con esa arte), pero la radio ocupa un lugar especial. Este medio me acompaña desde siempre. En mi casa es un eco que te llega desde la cocina y mi mp3 tiene unas cuantas emisoras de referencia para los desplazamientos y  los paseos.


No sé cuáles serán los hábitos radiofónicos habituales, si la gente elige una emisora y ya no la abandona en la vida, pero yo suelo escuchar magazines por la mañana y música por la tarde, y suelo cambiar bastante entre tres o cuatro emisoras. En el caso de los magazines, en un país donde los medios están tan politizados como España, es difícil encontrar un programa que no se escore hacia una ideología determinada, así que es absoluto placer disfrutar de un programa como el que la radio pública nos ofrece los fines de semana desde hace más de catorce años.


No es un día cualquiera, el programa que los sábados y domingos dirige y presenta Pepa Fernández en Radio Nacional, ya va por su decimoquinta temporada. Seguro que lo conocéis, pero aún así, os lo recomiendo vivamente: creo que es de lo mejor que hay en la radio de nuestro país. Y vista la calidad de sus colaboradores e invitados, creo que no soy la única que lo piensa.


Es un programa ameno, informativo y formativo, con un buen ritmo y muy variado. Utiliza un humor sutil y un enorme respeto para tratar todos los temas que podamos imaginar y ofrecer opiniones encontradas. Con sus continuos viajes para retransmitir el programa desde los lugares más recónditos (este fin de semana han estado en Tánger, pero te los puedes encontrar en el sitio más insospechado), son una potente arma de promoción de nuestra producción económica y cultural, que lo mismo presenta una exposición sobre Miguel Hernández como peras con denominación de origen.


Para cada uno de los bloques que conforman el programa, Pepa Fernández ha sabido rodearse de los mejores y, aunque no todos los colaboradores me resultan igual de interesantes, es una maravilla disfrutar de profesionales como el latinista Emilio del Río, el profesor de comunicación Manuel Campo-Vidal, el periodista Andrés Aberasturi, el diplomático Inocencio Arias, el experto en ajedrez Leontxo García, el divulgador científico Manuel Toharia o la lingüista Pilar García Mutón, por nombrar solo a algunos de mis favoritos de esta temporada (aquí, el equipo al completo, para que veáis).


Las tertulias quizá no sea lo que más me gusta (aun así, dada mi aversión por las tertulias en general, es de agradecer que participen algunos expertos en el tema que se trata y no se limiten a los típicos "opinadores profesionales" que tanto me molestan); sin embargo, las entrevistas me resultan deliciosas. Pepa es capaz de sacar jugo a los invitados más adustos y lo mismo te topas en su programa con Mario Vargas-Llosa o Iñaki Añúa que con un peluquero tangerino de noventa años.


Y no olvidemos la música, que ocupa un lugar especial en el programa. Todos los fines de semana disfrutamos de "música de gasolineras" con el fantástico José María Íñigo, del consultorio musical de José Ramón Pardo y de novedades musicales, dentro del espacio "De lo nuevo, lo mejor". Por último, me parece importante destacar que es de esos programas en que la lengua española es cuidada con mimo y esmero, algo que lamentablemente no podemos decir de todo lo que se escucha en la radio. Entiendo que es un medio rápido y efímero, pero precisamente por ello hay que alabar el primor con que Pepa y su equipo cuidan nuestro idioma, tanto dedicándole secciones concretas como en el desarrollo general del programa.


Como véis, me encanta y, aunque muchas veces no puedo escucharlo entero, procuro no perderme algunos de los apartados. Además, sus cuentas de Facebook y Twitter son de lo más activas y comunicativas (ya podían aprender otros CM, cuyas cuentas parecen teletipos) y todo el equipo es de lo más accesible y amable con los "escuchantes". Con su compañía, da lo mismo disfrutar del fin de semana en casa que en la carretera, porque la mañana se te pasará volando.

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